La visita
Estaba ahí
frente a mis ojos
hablando con coherencia.
Una nube fantasmal
Salía de su boca
desde el cigarro y las palabras.
Narraba cuestiones del trabajo
colores, voces electrónicas
endemoniados pianos clavados en el cielo.
Yo conocía
su infancia de ángeles quemados
cajones, laureles, puñales
mujeres huyendo hacia trenes del dolor
el padre esencial asomado a la ventana
salpicada de uvas y sangre.
Recordé su niñez
vinagre, látigo
guerras de plástico rumiando en la conciencia
la constante paradoja
de elegir pan o cárcel
anestesia o coraje.
El humo de su lengua
parecía un Aladino sin milagros
y comprendí que hacía un gran esfuerzo
por parecerse a un hombre.
2
Le convidé con llaves libertarias
apagué su garganta.
Mis frases eran jeroglíficos que él descifraba
Noté que podía asesinarme
que idiotizaba la belleza
por desconocerla:
Estaba tan arrodillado ante el diablo
tan desposeído de justicia
que en cualquier momento
podría fumarme y arrojar mis cenizas
en la próxima escalera.
NELIDA MARTINELLI, Argentina
1 comentarios:
A las 1 de mayo de 2009, 5:27 , la Harych ha dicho...
Ay Negra! ¡qué lindo escribís!yo no sé si los tenías escondidos estos poemas o para mis ojos estaban vedados, no sé lo que sí sé es que son hermosos, fuertes y hermosos!
Un beso Negrita!
Vivi
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