poemasdelatinoamerica

miércoles, 27 de mayo de 2009

MARGARITA




El mar
trajo el mensaje en la botella
sangre celeste
herencia de mi madre
letras de alcohol y ácidos
devorando selvas
niña perdida en medio de la playa.

Ella
luchó por su hombre y sus hijos
se irguió como un látigo
y su corazón ecológico
fue equilibrando frutas:
Un día me anunció que se iba lejos
y me dejó su marca
en el Amor, la Vida y la Distancia…

NÉLIDA MARTINELLI

domingo, 24 de mayo de 2009

LA MUERTE DEL ANIMAL

Yo conozco un animal
que vive por el Oriente,
come fruta, come pan
se echa palos de aguardiente.

Hembra siempre anda con él
por las sierras y los valles,
ella le lava la hamaca
mientras él recoge el ñame.

No maten a ese animal,
porque matan la escritura,
las canciones, la pintura,
los poemas, y el amor.
Él es que venció a la brisa
noche, lluvia, luna y sol.

No quiere vivir amargo
con penas y con dolor
pero sólo da derecho
que lo mate un cazador.

Veinte tiros le va a dar
el cazador a su presa.
Sólo quedará el sombrero
que llevaba en su cabeza

La muerte del animal
la lloran los muchachitos
unos lo hacen en la iglesia
otros dentro del ranchito.

Ayer mataron a tres:
Pedro, Gonzal y Facundo
por culpar del cazador
que lo sacó de este mundo.

Henry Martínez, Venezuela. Famoso compositor de música contmporánea latinoamericana.
Cantautor, arreglista, productor musical, poeta y escritor.

lunes, 18 de mayo de 2009

MARIO BENEDETTI



HOMBRE PRESO QUE MIRA A SU HIJO


Hombre preso que mira a su Hijo
Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurriria en un país
donde los presidentes andaban sin capangas.
Que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.
Realmente no sabian un corno
pobrecitos creian que libertad
era tan solo una palabra aguda
que muerte era tan solo grave o llana
y carceles por suerte una palabra esdrújula.
Olvidaban poner el acento en el hombre.
La culpa no era exáctamente de ellos
sino de otros mas duros y siniestros
y estos si
como nos ensartaron
en la limpia república verbal
como idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y como nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.
Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aqui
mirándote y echándote
de menos.
Por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos.
Vos ya sabes que tuve que elegir otros juegos
y que los juegue en serio.
Y jugue por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policias.
Y jugue por ejemplo a la escondida
y si te descubrian te mataban
y jugue a la mancha
y era de sangre.
Botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides.
Por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los rinones
todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durisimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.
Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo callo
o puteo como un loco
que es una linda forma de callar.
Que tu viejo olvido todos los números
(por eso no podria ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos.
Y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en que esquina
en que bar
que parada
que casa.
Y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar.
Una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de verguenza.
Por eso ahora
me podes preguntar
y sobre todo
puedo yo responder.
Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere.
Llora nomas botija
son macanas
que los hombres no lloran
aqui lloramos todos.
Gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.
Llora
pero no olvides.

sábado, 16 de mayo de 2009

POEMAS DE LA JUVENTUD DE MI BARRIO



BARRAS VALIZAS

Camino por un lugar
donde puedo guarnecerme
de la especie, donde siento
el sabor del espacio
donde acaricio el prisma
digital del sueño-alma.

Pareciera ser
el santuario del payaso
de la reflexión.
Donde el mar es un vitraux
por donde cae mutilado el sol.

Ahora me detengo,
desde el bacalao beach
veo ánimas de perros vagabundos
jugando en la arena.
El mangra de alambre que compré
en la feria de los artesanos
le cuenta historias a mis dedos.

Y un viento fresco
me deja pensando en nada
como una gentileza del olvido
cuando la tarde comienza a irse...
gimiendo caracoles nocturnos.

ALEJANDRO PIZARRO, ARGENTINA (Del libro EL ESPIRAL CIEGO)

martes, 12 de mayo de 2009

MADRE

Es difícil hablar de la madre sin caer en la cursilería o en la exageración grandilocuente. Tendemos a convertirlas en íconos de lo venerable y hasta nos las arreglamos para ponerle una madre a Dios, humanizándolo y haciéndolo nacer de una mujer “inmaculada”.

La madre enciende pasiones y con ella nadie puede competir (“todito te lo consiento / menos faltarle a mi madre”, dice el poema). Ella está sobre todas las cosas y se debe mantener fuera de cualquier disputa. Su sola mención en la boca del enemigo (“con mi madre no te metas”), abre las puertas de la furia y anuncia la tragedia (porque “la madre es sagrada”).

Juramos en su nombre como se jura ante la divinidad (“por mi madre”) y el más descastado de los criminales puede emocionarse frente a la anciana de mirada extraviada en la vejez que, si pudiera hablar (y si se diera cuenta y si fuera honrada), le diría lo arrepentida que está de no haberlo abortado. Porque todos tuvimos madre y muchas de ellas deben haberse preguntado “qué hice tan mal” cuando vieron en las fieras en las que se convirtieron sus hijos.

Hay buena madres y hay madres perversas, madres que se prostituyen por sus hijos y madres que prostituyen a sus hijas, madres que son capaces de tolerar la peor humillación porque sus hijos no tengan que sufrirla y madres que lanzan a sus hijos a la infamia porque son ambiciosas. Hay madres que dan alas y crean seres humanos libres y madres que castran y crían acomplejados. Madres que enseñan dignidad con el ejemplo y madres que hacen de sus hijos lobos para disfrutar –ellas– de sus presas. Hay para todos los gustos y, generosas o avarientas, ejemplares o viles, dedicadas o egoístas, monógamas o promiscuas, todas son madres.

La maternidad es un hecho biológico que se repite incansablemente sobre la tierra; nos reproducimos por la necesidad de seguir existiendo y el sexo (y el goce de la sexualidad, eso que tanto condenan –o envidian– algunos tonsurados) no es sino el mecanismo con el que la naturaleza nos convence amablemente de seguir embarazándonos y pariéndonos.

Las fiestas sirven para celebrar, pero también justifican nuestros olvidos. Podemos tener postergada a la madre todo el año pero si la llamamos en “su día”, nos sentimos bien. Pasa con ella, pero también pasa con el padre, los hermanos o los amigos. No olvidarse de “la fecha” suele interpretarse como una virtud y hacerlo, aunque del mejor hijo se trate, coloca al desmemoriado en la vergüenza (la culpa es religiosa pero la alimentan muy bien los comerciantes).

La celebración del “día de la madre” se remonta a los tiempos de los griegos y probablemente ya se festejaba antes. La primera madre es la tierra, la madre de todos, y la tierra siempre se identificó con lo femenino, con la fertilidad y la reproducción, esas cualidades sin las cuales esta vida no existiría y este planeta azul sería nada más que un páramo yermo como tantos miles.

Cada país escoge la fecha que mejor le acomoda; muchos celebran el segundo domingo de mayo porque los mercaderes se pusieron de acuerdo en prostituir el día que la norteamericana Ana Jarvis quiso (en recuerdo de la muerte de su propia madre) que estuviese dedicado a cada una de las progenitoras que en el mundo son o han sido; otros escogieron el primer domingo y otros se decidieron por el 10 de mayo (que fue la fecha original sugerida por Jarvis aunque luego se cambió –supongo que por razones prácticas– al domingo más próximo). Muchas naciones prefieren que coincida con alguna celebración “femenina”, ya sea civil, como el día de la mujer (8 de marzo) o la primavera boreal (21 de marzo), o religiosa, como la Asunción (15 de agosto) o la Inmaculada Concepción (8 de diciembre). Y no faltan los que aprovechan alguna festividad nacional, el recuerdo de alguna sacrificada heroína o el nacimiento de la reina para conmemorar a todas las progenitoras del reino, del sultanato o de la república.

En Indonesia, hoy, amanece otro domingo más (acá el día de la madre es el 22 de diciembre) y a nadie le importa que en Lima –y en muchas grandes ciudades “del otro lado”– miles de hijos olvidadizos o poco previsores estén buscando desesperados un regalo (descubriendo, una vez más, que no saben qué regalarle a sus madres porque ignoran sus gustos y porque jamás conversan con ellas).

Yo, de alguna forma estaré allá (cuando acá sea la noche y allá amanezca), acompañando a mis hermanas y a mi hermano, al pie del acantilado donde hace nueve años arrojamos las cenizas de nuestra madre, cinco años después de las de nuestro padre. Nosotros, que no vivimos una sola jornada sin pensarlos, estaremos allí (donde jamás he vuelto y donde acabaré mis pasos), con las rojas rosas de siempre, celebrándolos.
Desde la isla de Java, domingo 10 de mayo del 2009

JOSE LUIS MEJIA,
Perú

jlmejia@gmail.com
http://www.joseluismejia.com
+62 813 85241120

EXTRAÍDO DE LA PÁGINA "BOSQUE DE PALABRAS" Y AUTORIZADA POR SU AUTOR

miércoles, 6 de mayo de 2009

POEMAS DE LA JUVENTUD DE MI BARRIO

HIROSHIMA

37



En hiroshima
el día de los inocentes
las madres guardan a sus niños en el mayor de los silencios

y se siembra un cerezo que no dará frutos

y los árboles devoran a los pajaritos fosforescentes

y el que besa a su tierra le entrega los labios


una cucaracha
vieja sobreviviente
parada en un japonés frito
recomienda
no jugar con el nene
que tiene la bomba atómica

IVÁN QUIROGA, ARGENTINA

*
de Manifiesto Ultraísta (trabajo espontáneo, realizado en la plaza de Lomas de Zamora durante 4 o 5 miércoles sucesivos del 2007, o algo así)

martes, 5 de mayo de 2009

MENSAJE DE NICOLÁS A LA MUERTE

Me paro frente a vos
con esta piel mojada de cenizas
y el humo de árboles caídos

Quiero verte de cerca y maldecirte
entregarte mi inocente espejo
mis ojos que despiertan frutas,
muchachas, guitarras calientes
y escombros del dolor fundiéndome señales.

Quiero mostrarte
las cadenas vencidas de mi frente
y este cuerpo de Cristo en el desierto
con marcas de látigos y besos.

Los vuelos que me diste
traspasaron mi infancia
flores de sangre en el cerebro
fiestas de máscaras suicidas
gasas malditas robándome las alas.

Quiero desenamorarme
de este sortilegio
que amarga mis pulmones
romper tu poder
besar tu sucia boca
y desairarte.
Pero el barro cubierto de amapolas
me tiene atado a tu cintura
galopa en mis sienes noche a noche
clavando tus dientes en mi esencia.

NÉLIDA MARTINELLI

de la Serie "Agujas y Humo"

domingo, 3 de mayo de 2009

POEMAS DE LA JUVENTUD DE MI BARRIO


En esta olvidadiza llanura
perdidos en grandes maquetas
devastando al que quiere vivir
en su fantasía
(que es una de las tantas realidades)
viviendo sediento de desiertos
lluvia de espejo
astillas de viento
en fosas de aire…
Se refleja un silencio
En aquel pensador,
Silbo en praderas
casi en elevación
te encuentro entre tantos paisajes
vuelvo a tu frescura
veo que me recibes
para ir en busca del mar
de todos los océanos de oro,
te volví a conocer
cuando sin verte
ya estabas en mi pasado.
Cae entre olvidos y enseñanza
(mi alma salió) con el guerrero de ese pasado
a ganar batallas.

NICOLÁS CHARRUÚ, ARGENTINA

DEFINICIONES PARA ESPERAR MI MUERTE

Puedo cerrar los ojos
lejos de las pequeñas sonrisas que conozco.
Escuchando estos ruidos recién llegados.
Viendo estas caras nuevas.

Como si de pronto
los mil lentes de la locura
me trasladaran a un planeta ignorado.

Estoy lleno de voces y de colores
que juraron acompañarme hasta la muerte
como amantes resignadas
al breve paso de mi eternidad.

Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme
sólo cuando mi cuerpo hinche un hormiguero sobre la tierra.

Sé que hay lágrimas largamente preparadas para mi ausencia.

Sé que mi nombre resonará en oídos queridos
con la perfección de una imagen.

Y también sé que a veces dejará de ser un nombre
y será sólo un par de palabras sin sentido.

Estoy lleno de voces y de colores.
Unas veces recogidos en el sonambulismo de la marcha.
Otras, inventados tras mi propia soledad.

Con ello se integrará un cortejo final de despedida.

Se cambiarán en lágrimas y palabras piadosas.

Pero hoy, en medio de lo que todavía no he podido amar,
evoco a los marinos encerrados en las paredes altas de la tormenta;
a los soldados caídos sobre las yerbas lejanas;
a los peregrinos que duermen bajo la sombra de árboles innominados;
a los niños que yacen contemplando el yeso de los hospitales
y a los desesperados, que entregan el último gesto
frente al paisaje final e instantáneo de la demencia.

HOMERO MANZI, ARGENTINA