poemasdelatinoamerica

jueves, 26 de febrero de 2009

POEMA EN CRUZ

"un tornado arrasó a tu ciudad
y a tu jardín primitivo" (Luca Prodán)



a Guillermo
*

Iba como un robot
entre espirales naranjas
susurros, risas desparejas
y jóvenes tirados en la plaza
cruzó tambores, dientes de mujer
sacudió un miércoles siniestro.
Ya no podía estar ni en sus zapatos
se alejó como pudo
tragándose la muerte en la vereda
ebrio de polvos embusteros
e ídolos de humo.

Su cuerpo erguido y flaco
era un árbol de cenizas
un castillo de huesos
piltrafa de mártires malditos
en la lista de los narcos.

Yo te reivindico
desde esta Patria triste y de rodillas:

prometo juntar puentes
atravesar guitarras
acribillar el cielo de palomas
enarbolar tu sangre
desarmar el azufre de tus alas.
Prometo incendiar a los candados
y mostrar el lado más duende de tu vida.
Unirme, desmayarme
Jugarme y combatir con las estrellas
por la inocencia sembrada de serpientes
y esa ráfaga de sal en tu mirada.

NÉLIDA MARTINELLI

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miércoles, 25 de febrero de 2009

TU OMBLICO, CAPITAL DEL MUNDO

Salí de tu casa.
CaminÉé a lo largo de la playa.
La mañana cautiva en alguna parte
mas allá del mar.
se negaba a venir.

Dichoso por los cuatro costados
me senté a tomar café
en la taberna de los asesinos.

Me ofrecieron un ron
un balazo
y una mujer.
me negué.

Pensaron que yo era el rey mortal
de un hampa peligrosa
y me regalaron con la vida
(Es el mayor don que un
asesino puede hacer a otro)

Después alguien sospechó
que yo era un poeta de la muerte
y me echaron a patadas.
(En el reino del hampa nadie se
burla de la muerte-me dijeron-)

En la fuente pública lavé mis heridas.
En el hotel me desearon "buenos días"
y la mirada del portero me requisó
los secretos de la noche.
Subí al ascensor.
Contemlplé en la terraza
las ultimas estrellas
las palmeras
la ciudad inocente
asaltada por ladrones
y grillos en fuga.

Una paz inhumana viajaba en las calles
y los primeros buses
hacia la guerra del día.

Al fin pienso en tu cuerpo abandondado
hace poco
cansado por el triunfo del amor.
Ya no estoy
y sin embargo estoy en tu nostalgia
en el dolor de mis dientes en tu carne
violada por mi apetito.
Te abrazas a tus senos como al remordimiento
y en tu cuerpo ultrajado me quedo
como quien pierde el último tren
que parte a la estación del frío
y al barrio de los hospitales.
Varado junto a tu puerta
te pido entrar
para volver al paraíso por tu sexo
donde habitan todas las estaciones
y el olvido de la muerte.
Son las 5:00 a.m en el coche del lechero.
Dormir eternamente
anclado en la bahía de tu ombligo
cielo negro de libertad
orilla onda de la memoria
donde te olvido
y me olvido...
para recordar la gloria del presente.

GONZALO ARANGO, Colombia

martes, 24 de febrero de 2009

POEMAS PARA JUAN

“El que vive es un viajero en tránsito”
Li Po



1

Tus ojos
espejos de plata
furor de azufre en el recuerdo
vuelven a mí desde el rigor de la tristeza
epitafio dibujado
en el techo azul que inventó Manuel
cuando pintaba hechizos
soñándome
a través de selvas y distancias
y yo vagaba
por calles cargadas de perfume
álamos, magnolias, paraísos,
en busca de tus ojos mágicos
perdida en la fogata de tu pecho.

2

Fragancias
humo
tréboles fugaces
nuestros lechos antiguos:
Hacíamos el amor entre los muertos
sin darnos cuenta
oíamos a duendes nocturnos
huir a países remotos.
Metrallas y bandidos
mordían sangre joven
La Patria
era una paloma encadenada.

3

Acá estoy, esperándote
las cenizas reviven lunas de febrero
te aguardan brasas y guitarras
y las frutas del amor
en los ojos de tu hijo.

NÉLIDA MARTINELLI

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lunes, 23 de febrero de 2009

AMORES TÓXICOS


1



Te envío mi esencia como un pétalo muerto
porque ya no me apiado de los náufragos
ni escribo cartas desesperadas
Espero con mi gruesa boca urgente
la sensualidad intacta de la vida
los peces del amanecer
que viajan por mi pelvis
y matan las cenizas
de aquellos que he amado
los que hirieron mi piel
subyugando manzanas.
Hoy despierto
en este mundo nuevo
desnudo la alegría
diciéndole adios
a todos los cadáveres.


2


La perversión encendió velas
en el patio de la infancia,
Cruzó ráfagas atómicas
hizo bailar a los muertos
y me abandonó
en un campo de tréboles
y vírgenes rotas.


3

Se asomó en el enrejado
Sacudió dalias
Agua, fuego
llegó entre el verano y las tormentas
para atormentarme
y crear futuros
de fogatas, odio y cenizas.



4

Nadie llorará tus huesos
ni verá el retrato amarillo de tu niñez
que pintó tu tío,
aún era tiempo de magnolias
el río te acompañaba hasta el colegio.
tu madre te disfrazaba de diosecito verde
y rasguñabas escaleras
para salvarte.
Aun tus iniciales no figuraban en mi espejo
ni tus flechas en mi espalda.
Cuando
en algún lugar del mundo
dentro de aquel mar hechicero de la infancia
existía una tabla antinaufragios
para nosotros dos.

NÉLIDA MARTINELLI

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domingo, 22 de febrero de 2009

Respuesta a la "Balada del Diablo y la Muerte"

Respuesta a la "Balada del Diablo y la Muerte"
(del Grupo musical La Renga)


El diablo ríe
dentro de botellas
Papelitos
Pipas de cristal.
El diablo ríe
cuando los muchachos agasajan al sol en los basurales del río
entre latas, gatos y excrementos
chicas doradas en la playa de los pobres
pechos mojados de espumas y dientes
trampas de tul venenoso
ojos de verde guerra verde fuego dulce verde …
El diablo ríe en la destrucción de los vaivenes
cadáveres tatuándose en el humo
en la arena sucia del dolor
la ilusión prende miradas
el brillo de la piel hace llama los sentidos
y el amor esboza ángeles lejos del invierno
cruza puentes imposibles
apaga al diablo y sus botellas
erige entre los jóvenes
una fuerza de potros celestiales
como un suspiro atávico de luces y promesas
de otras sangres poderosas
de otras guerras sin sustancias
guerras de héroes y espejos
y cuestiones de honor
por un futuro limpio
sin hijos destruyendo la mañana.

NÉLIDA MARTINELLI
De la Serie “Agujas y Humo”
El amor en tiempos de guerra

1

Pudo ser y no fue
un amor eterno
teníamos el paraíso a nuestro alcance
el aliento entrelazado
la piel ansiada en cada palma de las manos
el beso real, ángel, luciérnaga, vino, tempestad, locura
lunas frutales y eléctricas
y nuestra comunicación musical…
esos códigos sin ventanas de espera
sin teléfonos malditos.
Los dos
solos
amándonos
una Mujer y un Hombre
enteros
únicos
riéndonos de la muerte
o llorándola en nuestros amigos
aquellos dioses de tierra
con alas de sangre en las cenizas
que nos marcaron para siempre…

2

El amor en tiempos de guerra
es mucho más urgente
el corazón es un timbal,
exige caricias
a contrarreloj
contracara
contrasentido
y contra todo lo que se oponga.
El amor en tiempos de guerra
es un tigre en llamas
que incendia látigos, lenguas
reclama su lugar de selva y telarañas
fruta, líquidos calientes
todo el rigor de las brasas tatuando la piel
el gemido feroz del beso ante la muerte.
El amor en tiempos de guerra
es puro dientes, roces,
alas, uñas, ojos, suspiros,
tambores mojados en la pelvis
espejos y barajas
y una reina fatal
de sangre y corazones
apurando el aliento de los ángeles
entre los labios.

3

No basta derramar latidos
Buscar los huracanes del alma
Los remolinos del miedo
(ese dios devastador…)
Sólo el amor hace arrodillar a las cenizas
enajenar las alas
y afirmarse
a la posibilidad de lo imposible.

NÉLIDA MARTINELLI, Argentina
EL MUEBLE

Por escupir secretos en tu vientre
por el notario
que juntó nuestros besos con un lápiz,
por los paisajes que quedaron presos
en nuestra almohada a trinos desplumados,
por la pantera aun que hay en un dedo,
por tu lengua
que de pronto desprecia superficies,
por las vueltas al mundo sin orillas
en tu ola con náufragos: tu vientre;
y por el lujo que se dan tus senos
de que los limpie un perro que te lame,
un ángel que te ladra si te vistes,
cuatro patas que piensan cuando celan;
todo esto me cuesta solamente tu cuerpo,
un volumen insólito de sueldos regateados,
un ponerme a coser silencios rotos,
un ponerme por dentro detectives,
cuidarme en las esquinas de tu origen,
remendar mi heroísmo de fonógrafo antiguo,
todo el año lavando mis bolsillos ingenuos,
atrasando el reloj de mi sonrisa,
haciendo blando el día cuando llega visita,
poniéndole gramática a tus ruidos,
poniendo en orden
el manicomio cuerdo de tu sexo;
déjame ahora
que le junte mis dudas a la escoba,
quiero quedarme limpio como un plato de pobre;
tú,
que llenaste mi sangre de caballos,
tú,
que si te miro me relincha el ojo,
dobla tu instinto como en una esquina
y hablemos allí solos,
sin el uso,
sin el ruido
del alquilado mueble de tu cuerpo.

MANUEL DEL CABRAL, Santo Domingo

sábado, 21 de febrero de 2009

Hora de la ceniza

Finaliza Septiembre. Es hora de decirte
lo difícil que ha sido no morir.

Por ejemplo, esta tarde
tengo en las manos grises
libros hermosos que no entiendo,
no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia
y me cae sin motivo el recuerdo
del primer perro a quien amé cuando niño.
Desde ayer que te fuiste
hay humedad y frío hasta en la música.

Cuando yo muera,
sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable,
mi bandera sin derecho a cansarse,
la concreta verdad que repartí desde el fuego,
el puño que hice unánime
con el clamor de piedra que exigió la esperanza

Hace frío sin ti. Cuando yo muera,
cuando yo muera
dirán con buenas intenciones
que no supe llorar.

Ahora llueve de nuevo.
Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto
como hoy:
Siento unas ganas locas de reír
o de morirme.

ROQUE DALTON, El Salvador